sábado, 27 de septiembre de 2025

Calima Aviación

 

En el mundo de la aviación española, que siempre está cambiando, hubo aerolíneas que pasaron casi sin que nadie las notara. Apenas dejaron documentos y algunos recuerdos sueltos en los aeropuertos donde trabajaron. Una de ellas fue Calima Aviación, una empresa que se creó en 2003 y tenía su base en el aeropuerto de Gran Canaria. Aunque su historia no fue muy larga y no tuvo la importancia de las grandes aerolíneas del país, sí muestra muy bien lo difícil que es mantener una empresa de aviación en un mercado donde hay mucha competencia y los gastos son altos. Al principio, Calima no pensaba tanto en tener rutas fijas, sino más bien en dar servicios de apoyo y vuelos chárter, como si alquilara sus aviones con todo incluido. De esta forma, la empresa ofrecía a otras aerolíneas no solo el avión, sino también la tripulación, el mantenimiento y los seguros. Esto les venía bien a otras compañías para cubrir necesidades puntuales de capacidad o cuando tenían algún problema operativo. Era una forma común de trabajar para las empresas pequeñas que querían aprovechar las oportunidades de un sector que tiene épocas de más trabajo y momentos de menos. Además, Calima también ofrecía transporte de carga, vuelos especiales como el lanzamiento de paracaidistas, e incluso cursos para formar a pilotos y tripulantes de cabina. Esto demuestra que querían hacer cosas diferentes y no quedarse solo con lo básico. 
Flota de Calima Aviación

El cambio importante llegó en noviembre de 2009, cuando Calima consiguió el permiso para operar aviones comerciales de pasajeros, como el Boeing 737. A partir de ahí, la compañía tuvo varios aviones, 2 Boeing 737-400, también llegó a disponer de un Boeing 737-800 y un Dornier Do 28 para trabajos más pequeños. Aunque su flota era pequeña, sí les alcanzaba para cumplir con los contratos de alquiler y hacer vuelos chárter desde Canarias. Siempre trabajaban de forma flexible, adaptándose a lo que pedían los clientes. Más o menos a la mitad de su historia, entre 2010 y 2012, Calima tenía alrededor de treinta empleados. No era una cifra muy grande, pero sí mostraba que la empresa estaba activa para su tamaño. Sin embargo, esa estabilidad que parecía tener se fue acabando poco a poco. Cuando tuvieron que devolver el 737-800 y un 737-400 en noviembre de 2012, y se quedaron solo con un 737-400 operativo, fue la primera señal de que las cosas no iban bien. La empresa al tener menos aviones ya no conseguía contratos nuevos, lo que hacía pensar que el final estaba cerca. En junio de 2014, Calima dejó de volar y devolvió su ultimo 737-400. Desde entonces, la empresa no volvió a funcionar y poco después desapareció por completo. No se sabe con seguridad por qué cerró Calima, ya que no lo explicaron en ningún comunicado oficial. Pero, si analizamos su historia, podemos imaginar que los gastos eran muy altos, dependían mucho de contratos con otras empresas y no tenían una flota de aviones grande y moderna. Esto hizo imposible que pudieran seguir adelante. En un mundo donde las aerolíneas grandes y las de bajo coste son cada vez más fuertes, una empresa pequeña como Calima, que se dedicaba a dar servicios de apoyo y vuelos chárter, no podía competir en precios y estabilidad. Hoy en día, Calima Aviación es un ejemplo de esas aerolíneas que intentaron surgir desde Canarias, aprovechando que las islas están en un lugar estratégico entre Europa, África y América. Casi nadie se acuerda de ellos, solo quedan algunos datos en los registros de empresas, fotos sueltas de sus Boeing 737 con el nombre “Calima” y el recuerdo de algunos trabajadores que vivieron esa experiencia. Fue una empresa pequeña, que no hizo mucho ruido y voló bajo, pero su paso por la aviación española nos ayuda a entender lo difícil que es crear una aerolínea y lo complicado que es sobrevivir en un sector donde solo los más grandes o los que se especializan mucho logran mantenerse. 




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